Investigación de Matías Bauso, autor del libro "78, Historia Oral del Mundial". La verdad sobre el partido con Perú.
“Es imposible contar el Mundial 78 sin contar la Dictadura, pero, a la vez, su significación y magnitud no pueden reducirse a las oscuras circunstancias políticas que le dieron marco, gran parte de lo que se cree saber sobre aquel campeonato es erróneo”, dice Matías Bauso en la presentación de su libro “78, Historia Oral del Mundial”, de Editorial Sudamericana, a 40 años de la Copa del Mundo que se desarrolló en Argentina, con subsede en Mar del Plata.
El libro, de nada menos que 861 páginas, “es un intento por desentrañar el Mundial 78, para el cuál entrevisté a más de 150 personas”, contó el autor en diálogo con el periodista Hernán Río, en el programa de Ricardo Pérez Bastida en LU6 Radio Atlántica.
“El libro apunta a tres grande ejes, el contexto político, un fresco cotidiano sobre como se vivía por aquellos días y todo el fútbol, toda la historia del ciclo Menotti hasta la final con Holanda”, explicó Bauso en esa entrevista.
“¿Cómo quedó parado Menotti tras la investigación del libro”?, fue una de las primeras preguntas de Río, y Bauso fue claro y contundente: “La primera parte de la gestión de Menotti fue extraordinaria. A lo largo de la investigación, a la que entré con mis reticencias, la imagen de Menotti fue creciendo. El creó la Selección Nacional Moderna. Menotti fue el que impuso la categoría ‘jugador de Selección’, él armó cuatro selecciones diferentes ya desde el 75 y una de ellas fue la Selección del Interior. Y lo que parecía un gesto hasta demagógico resultó ser una fabulosa herramienta práctica: tanto que cinco de los jugadores de esa selección fueron campeones mundiales, es muy impresionante”.
“La segunda parte de la gestión de Menotti no fue lo mismo,-opinó Bauso en base a su investigación-, aunque la Selección también jugó grandes partidos en el 79 y en el 80; pero hubo un dejo de soberbia en el formato de sus equipos y algunas convocatorias para España 82”
“Se empecinó en la fórmula del achique, y fijense que la Selección campeona del mundo del 78 solo tiró el achique dos veces en todo el certamen, una vez contra Perú y una vez en la final con Holanda. Y se empecinó también en convocar para España a algunos jugadores que estaban en baja cuatro años después”, añadió el periodista y escritor.
“Ese empecinamiento en la fórmula del achique me hace decir que tanto él como Bilardo, después de ser campeones del mundo, se convirtieron en caricaturas de sí mismos”, opinó también Bauso. “Igual era mucho mejor el equipo del 82 que el del 90”, aclaró.
Sobre el Mundial 78 y el vínculo con la dictadura, Bauso cuenta que “las calles estaban intransitables después de los partidos, se calcula que después de Perú y Holanda hubo entre 14 y 16 millones de personas en la calle, con una población de 25 millones, hablamos del 60% en los festejos, fue un fenómeno sociológico que excedió lo propagandístico”. “Es cierto que el Mundial no se puede explicar sin la dictadura, sin su utilización política, pero no se puede explicar solo desde la dictadura”, agregó.
“Hay que tener en cuenta que era un anhelo de todos organizar el Mundial, que pasaron siete gobiernos con distinta legitimidad desde que se concedió la sede, de diferente color político y también de facto, y todos lo tomaron como prioridad, todos sumaron comisiones organizadoras, era antipopular no hacerlo, la gente quería hacer el Mundial, y lo quería ganar”, reseñó Bauso.
Sobre el controvertido partido con Perú, el autor dijo que “es un capítulo muy grande, y después de la investigación se pueden derribar varias hipótesis y ante todo se puede decir que es imposible comprar 21 jugadores sin que a lo largo de 40 años se sepa que ocurrió, aunque sí se puede recordar que hubo presiones a los peruanos, que las sufrió la familia del arquero Quiroga, que vivía en Rosario, por ejemplo”.
“Pero no se puede dejar de recordar que ya Perú había tenido actuaciones muy flojas ante Polonia y Brasil, que ya la Selección le había ganado cinco partidos en el ciclo Menotti y que en el último de ellos, a un mes del Mundial en Lima, Argentina ya ganaba 3 a 0 a los 27′ del primer tiempo”, repasó el autor.
“Perú llegaba resignado a la segunda fase y sin la preparación física adecuada, tengamos en cuenta que el Mundial no era como ahora, había menos días de descanso, empezó un 2 de junio y terminó el 25, que se jugaba cada tres días, y que Perú tenía jugadores muy grandes, entre ellos Chumpitaz y Cubillas”, añadió también Bauso.
Sobre el relator José María Muñoz, cuyo papel en el Mundial también generó polémicas, Bauso recuerda que “es cierto que en democracia tuvo que salir a dar explicaciones y que fue el gran defensor de que Argentina organizara el Mundial, pero ya desde antes de la dictadura”.
“Antes de la dictadura Muñoz ya era Muñoz, era una voz dominante, casi se lo escuchaba en cadena, uno caminaba cualquier domingo por calles de Buenos Aires y se podía escuchar su relato sin llevar la radio, porque estaba en el puesto de flores, en el de diarios, en el kiosco, en el bar, en el taxi, el share de los domingos era del 81%”, remató finalmente.